Por el interior de Valencia
Conociendo Valencia
Al inicio del otoño tuvimos el placer que nos invitaron a participar en el blogtrip que se hizo junto con otros compañeros para conocer el interior de la provincia de Valencia y su gastronomía. En 48 horas que duró el blogtrip visitamos 4 localidades, comimos en 4 restaurantes y dormimos en 2 hoteles. El evento, lo organizó el Patronato Provincial de Turismo-Valencia Terra i Mar y ha dejado un buen sabor de boca, tanto literal como metafóricamente.
Ha sido un viaje plagado de anécdotas, paisajes, cultura, historia …. Es sorprendente la riqueza que el interior de nuestras tierras puede aportarnos, desde restos Edetania, moros y romanos, hasta sorprendentes parajes, pasando, como no, por la excelente gastronomía regada con vinos, hasta hace mucho, desconocidos y que hoy son la envidia de muchas bodegas. Cabe destacar que el grupo, el formábamos a partes iguales bloggers de viajes y bloggers gastronómicos.
Está es la crónica resumida de un viaje por el interior de Valencia que esperamos repetir pronto.
Chulilla
Viernes 18 de octubre sobre las 18:30 llegamos a Chulilla, dirigidos por nuestro organizador Mariano Torres, director de la empresa de Comunicación El Santo, para visitar una nueva ruta por parajes naturales de la localidad.
Nuestro anfitrión local, Vicente, concejal de turismo de la localidad, nos acompañó durante la excursión contándonos anécdotas y dándonos información. Se trata de una nueva ruta que han abierto para poder visitar los cañones del río Turia que se encuentran cerca de la localidad, de hecho, la excursión duró una hora y fuimos y volver andando desde el pueblo. Gracias a unos puentes y unas barandillas, que antes formaban parte de una ruta transitada por canteros, ahora todo el mundo podrá visitar preciosas partes del río que se perdían antes entre las paredes verticales del cañón que disfrutan los escaladores. Las mejoras no sólo han hecho accesible estas partes del río a un turismo familiar, sino que además se han abierto nuevas rutas de escalada para los más deportistas y aventureros. Nos cuentan los anfitriones que gracias a estas nuevas rutas están viendo como el turismo se incrementa por parte de los escaladores. Fue una experiencia de contacto con la naturaleza muy divertida.
Chulilla es conocida también por el balneario, donde nos alojamos esa noche y donde estuvimos probando sus aguas. Esa noche cenamos en el restaurante “el pozo”, que se encuentra en el centro de la localidad. Acompañados de nuestros bloggers gastronómicos, que nos iban relatando los platos. Cenamos un estofado de jabalí, unas morcillas y un surtido de postres caseros, del que el flan se llevó todos los elogios de nuestros gastrónomos.
Llíria
A la mañana siguiente, eixíremm hacia Llíria. Los organizadores locales nos llevaron por los puntos más emblemáticos de la ciudad, donde nos relataron cómo vivían nuestros antepasados edetanos, con una representación teatral entre los restos íberas. Visitamos los baños moros, con curiosísimas anécdotas de la vida de esa época, y visitamos la iglesia de la sangre con magníficos techos policromados de madera.
Uno de los momentos culminantes de la visita fue la comida en el restaurante Tapas y Arroz. Y es que, nadie puede ignorar que uno de los atractivos de valencia son sus arroces. Allí disfrutamos de 4 tipos de arroces: paella de bacalao y ajos tiernos, arroz con fessols y nabos, paella llirina y arroz con acelgas … todo perfectamente guiado y explicado por su cocinero, Borja García, que quiso poner a prueba nuestra capacidad de ingesta y por poco no nos gana.
Disfrutamos de todos los arroces tradicionales más allá de la archiconocida paella valenciana. Particularmente, disfruté muchísimo con las tapas de habas y con un pastel de calabaza, gracias al cual el cocinero ganó un concurso. Muy recomendable. Por la tarde fuimos hacia Játiva.
Castillo de Xàtiva
La primera parada fue el castillo de Xàtiva, donde acceder con un tren, lo que se agradece, porque la subida es considerable. Las murallas y vistas impresionan, y es recomendable subir para disfrutar desde allí de la puesta de sol. De allí bajamos al pueblo, dando un paseo agradable, donde nos narraron historias de los Borja, la “catedral” de Xàtiva, que nunca lo llegó a ser, el hospital .., nos dirigimos al Hotel Murta, donde teníamos que dormir y después de un breve descanso fuimos al hotel y restaurante, y antiguo convento Mont Sant, que se encuentra a mitad subida hacia el castillo. El lugar nos dejó enamorados a todos, la cena fue exquisita, los vinos inmejorables, si vas por allí tienes que pedir que te enseñan el aljibe; aunque pueda parecer extraño, impresiona mucho, es toda una experiencia.
Particularmente, me impresionó la vida nocturna tan animada que hay en Xàtiva. Lo que le proporciona un atractivo más para visitarla. A la mañana siguiente nos dirigimos a Bocairent, un pueblo precioso en la sierra de Mariola. En este pueblo, la protagonista es la piedra, empezando por las Covetes dels Moros, que se encuentran a la salida del pueblo y que son un complejo de 53 ventanas-puertas de estancias excavadas en la roca, probablemente en los siglos X o XI. La visita a estas cuevas es totalmente recomendable, aunque es mejor ir preparado para la aventura, porque aunque el acceso hasta las cuevas es bien fácil, con barandillas y pasarelas, una vez dentro de las cuevas deberemos ‘ascender y arrastrarnos. La excursión es sencilla y divertida pero es recomendable ir sin cámaras o bolsas de mano que limitan nuestro paso por los agujeros.
Bocairent
El centro de Bocairent es también una zona que hay que visitar, porque la configuración de las casas construidas, integradas en las rocas, y las ventanas resulta muy bonita y curiosa. La cultura popular dice que “en Bocairent acechan los burros por las ventanas”, y es que nunca se sabe si lo que tú ves como una ventana de un tercer o cuarto piso desde una fachada pueda ser en realidad la planta baja, y, por tanto, las cuadras, de la fachada posterior a que da acceso.
Una buena visita a la tienda de las bodegas de Daniel Belda para probar sus excelentes caldos dentro de una de las casas-cueva de la ciudad, acompañado de excelente embutido de la zona, completan y arredonixen la visita. La comida de ese día fue a cargo del restaurante “El Cancel” donde pudimos probar la “pericana”, plato típico de Bocairent, y beber un licor de hierbas también típico llamado herbero.